Paridad en las elecciones a cargos judiciales

Artículo de interés

Msc. Bélgica Annabella Deras Román

Jueza Tribunal Quinto de Sentencia Penal del
Departamento de Guatemala
Socia fundadora de la AMJG
Presidenta de la AJMOJ
Docente universitaria

Paridad en las elecciones a cargos judiciales

El ser humano desde sus inicios tuvo la necesidad de interrelacionarse con sus semejantes y experimentar lo que le rodea, con la evolución su forma de poder comunicar sus necesidades fue haciéndose más sofisticado, sin embargo persistió una ideología incorrecta, la cual representa una problemática para una sociedad, es decir la exclusión de ciertos grupos, el comportamiento que crea desigualdad de oportunidades. Históricamente la mujer ha sido considerada como un objeto o como un ser débil, el cual no tiene los mismos derechos ni aspiraciones que un hombre, solo como ejemplo se puede tomar la jerarquía que poseía una mujer en la antigua roma, en la cual era dependiente totalmente de las decisiones de los hombres, y durante el paso de los siglos hemos visto como las mujeres buscan ser independientes de todas la maneras posibles y a su vez ser incluidas y respetadas dentro de la sociedad, no únicamente con la función de cumplir con las labores domésticas, sino alcanzar oportunidades, y no de la forma como tiempos atrás el hombre machista le permitía, y debido a esas mujeres, es que actualmente se reconocen diversos derechos que de igual manera le asisten.

En febrero del año 1947, fue una fecha determinante, ya que por primera vez se reúne la comisión de la condición jurídica y social de la mujer en Nueva York, fueron quince mujeres las que integraron esa comisión, su principal objetivo era establecer normas y convenciones que eliminaran la discriminación en contra de las mujeres y concientizar a la sociedad mundial sobre la situación de las mujeres, se pretendía que dentro de la normativa, se tuviera un lenguaje incluyente, y así fueron tomando participación dentro de la regulación de leyes en la sociedad, y fue en el año de 1963 en que se considera necesario la eliminación de la discriminación en contra de la mujer.

A dicha declaración siguió en 1979 la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), un instrumento jurídicamente vinculante cuya redacción también corrió a cargo de la comisión. En 1999, el protocolo facultativo introdujo el derecho de presentar una demanda para las mujeres víctimas de discriminación.
(ONU MUJERES, s.f.)

En tiempos modernos en diversas culturas aún persiste la idea que la mujer únicamente esta para servirle a los hombres, y se le educa para que no defienda y haga valer sus derechos; Guatemala a pesar de que ratifico la convención sobre la eliminación de todas la formas de discriminación contra la mujer en 1982, no solo persiste la exclusión y misoginia dentro de nuestra cultura, toda vez que Guatemala es uno de esos países en que la violencia hacia la mujer es algo normal, sin importar el tipo de agresiones que le causen, porque para la cultura machista la mujer no es merecedora de respeto ni de reconocimiento, “Hoy por hoy la mujer guatemalteca continua sometida al silencio, la sumisión, la inequidad y el patriarcado. En 9 de cada 10 familias se oculta la violencia contra la mujer” (Paz, 2013). Guatemala es el segundo país latinoamericano en el que la cultura machista domina, esto lo afirma el informe Mundial del Programa de las Naciones unidas para el Desarrollo..

La desigualdad de género sigue constituyendo un grave obstáculo para el desarrollo humano. niñas y mujeres han progresado mucho desde 1990, pero todavía no han alcanzado una situación de equidad de género. Las desventajas que experimentan las niñas y las mujeres son una causa importante de desigualdad.
(Human Development Reports, 2020)

La discriminación hacia la mujer se debe a diversos factores, tomando en cuenta que la mujer se le niega la educación o deja sus estudios antes que el hombre, para cumplir con labores domésticas o de reproducción, en un menor porcentaje son las mujeres que ingresan al mercado laboral, muchas veces lo cual impide que pueda crecer personalmente y desarrollarse dentro de un ámbito laboral que permita tener un ambiente seguro y digno; los hombres siguen teniendo las ventajas dentro del ambiente laboral, ya que son los que dominan y aspiran a puestos de alto prestigio, “Por cada dólar que los hombres guatemaltecos reciben, añade, las mujeres ganan 56 centavos, lo que también evidencia la desigualdad salarial” (Babio, 2017).

Cuando una mujer busca la superación laboral y su inclusión, recibe rechazo por parte de los demás, y muchas veces este rechazo provienen hasta de las mismas mujeres, cuestionan la capacidad que tiene y su destreza de poder desempeñar un cargo, ya sea por elección partidaria política o gremial y social o de otra índole, ya que tienden a creer que para poder llegar a esos cargos debieron hacerlo de manera indigna y no a base de sus propios méritos y esfuerzos, de acuerdo con la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer se reconoce que hombre y mujer son iguales en derechos y que cada uno tiene responsabilidades dentro de la familia y la sociedad. Mucho se ha discutido sobre la necesidad de paridad toda vez que debe existir una diversidad en la toma de decisiones para que los intereses que se traducen en políticas representativas no agrupen a un solo determinado sector, en desmerito a la mujer.

Para continuar leyendo en Revista AMJG – Año 1 – Número 1

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